ARTURO PÉREZ- REVERTE, DENOSTA LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO

MISA FÚNEBRE por el Bicentenario. En el contexto de diversas posiciones sobre si debemos conmemorar, celebrar o festejar el bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución,
donde oímos toda clase de argumentos, desde Madrid nos llega la noticia de que el periodista últimamente metido a escritor de best seller, Arturo Pérez-Reverte, nos conmina a conmemorar con una misa fúnebre el Bicentenario de la Independencia. Su presentismo, o sea, juzgar el pasado únicamente desde la coyuntura del presente, destacando los ejemplos manidos de la miseria, el hambre y la incultura de los pueblos de América Latina, para desautorizar cualquier intento de cuando menos recordar aquellos acontecimientos, no son argumentos que en rigor nos inhiban en la dinámica de las efemérides patrióticas mexicanas. Reverte afirmó que “El pueblo no fue más que infantería de Bolivar, la infantería de San Martín, la del cura Hidalgo. Gente desesperada que lo sigue estando todavía”. Claro, en las revoluciones populares el pueblo fue y es la infantería; ¿Quién fue la infantería de José María González Hermosillo en las batallas de El Rosario y San Ignacio? ¡El pueblo! Reverte no nos está diciendo nada nuevo. Pero eso de que “Nunca hubo una revolución real en América. Hubo una independencia económica y comercial de clases acomodadas, pero el pueblo siempre estuvo ausente”, no abona nada al análisis y sí denosta los esfuerzos de Miguel Hidalgo por abolir la esclavitud, por introducir la libertad de expresión, por abolir las alcabalas a los indígenas y muchas otras disposiciones que socavaron el orden colonial, a pesar de la terrible represión de Calleja e Iturbide sobre los Insurgentes. Que la Independencia fortaleció grupos de poder en la Nueva España despegándolos de la órbita monárquica e integrándolos a las revoluciones industriales de Inglaterra, los EE. UU y otros países europeos, es cierto, pero no olvidemos que estábamos en el ciclo de las Revoluciones Burguesas. Esas que según el joven Marx buscaron dinamizar las fuerzas productivas; esa es la revolución, crear riqueza y buscar los mecanismos de su distribución en las clases que la producen, en una lucha política que define la nacionalidad y un concepto de Estado. La lucha de Independencia en América Latina tiene tantas variantes y especificidades, que la interpretación unidireccional revertiana a partir de sus novelas-reportaje hijas de sus lecturas de Pérez Galdós, no le da para entender lo profundo de la Revolución Americana por la Independencia. De ahí que querer hundirnos en la historia negra de las obras literarias del presente, con la propuesta de celebrar una misa fúnebre al respecto, es recurrir al repetido recurso de las manifestaciones luctuosas y desdeñar las luminosas propuestas que merece una juventud que quiere celebrar que son ciudadanos en un país que con dificultades surgió a partir de aquellos esfuerzos. El Bicentenario es la oportunidad de que la cultura patriótica renazca, para darnos cuenta de que los mecanismos modernos de dominación financiera nos acompañan cotidianamente y que con renovados esfuerzos de entusiasmo juvenil, mejor busquemos celebrar un esplendoroso Tedeum de la Independencia, tal como se hizo en Culiacán y El Rosario en 1821. (Editorial para el Programa “Sinaloa Hacia el Año 2010, pasajes de nuestra historia”, producido por el Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa para la Comisión Estatal de las Conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario de la Revolución Mexicana y el Grupo RADIORAMA, con el apoyo del Ing. Rafael Borbón Ramos), conducido por Gilberto J. López Alanís y Teodoso Navidad Salazar. López Alanís, Gilberto J., Diccionario de la Independencia en las Provincias de Sonora y Sinaloa 1800-1831, AHGS, 2010.

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