Su nombre completo fue el de Alejo Pedro María de los Ángeles García y Conde, nació el 2 de agosto de 1751 en la villa de Céuta al norte de África. Su padre Juan Alejo García originario de Capua, Nápoles de origen catalán y abolengo militar. Su madre María Teresa Conde, prima hermana de don Juan Alejo, nació en Ceuta, también de familia de militares. Alejo García Conde ingresó como cadete a los doce años en las Reales Guardias Españolas en 1763. En 1767 estuvo en Barcelona, ascendió a Alférez el 23 de noviembre de 1775. Antes luchó en la batalla de Argel el 8 de julio de 1775, donde salió herido. Participó en el bloqueo que mantenía España al Peñón de Gibraltar. El 21 de enero de 1779 ascendió a 2º Teniente de Fusileros. Fue enviado a Cataluña, Galicia y Céuta, adquiriendo experiencia en combate. En 1782 asciende a 2º Teniente de Granaderos, graduándose de Teniente Coronel el 1º de enero de 1783. Ascendido a primer Teniente de Fusileros y destinado al sexto batallón de reales Guardias de Infantería Española, por Orden Real el 4 de abril de 1785. Un año después fue comisionado para enseñar tácticas de combate y manejo de armas a los Infantes Antonio y Javier, hermanos del Rey Carlos IV, en calidad de tutor. Por Real Decreto se le asignó como Tte. Coronel Gobernador Político y Militar e Intendente de la Provincia de Comayagua y a la vez Comandante General de las Armas de Honduras en el Reino de Guatemala, el 7 de marzo de 1789. Antes de partir se matrimonió con su prima hermana Tomasa de Sastre y Conde de 22 años domiciliada en Madrid, hija del Teniente Coronel Mateo Sastre que había sido Gobernador de Sonora y Sinaloa. Defendió las costas Hondureñas ante la amenaza de invasión de tropas inglesas que pretendieron invadir Guatemala. En 1792 fue ascendido a Coronel de Infantería y fue encargado de la inspección de las extracciones de oro y plata de los Reales de Minas de San Miguel de Tegucigalpa. En 1795 después de fallecer su esposa fue Gobernador de la Provincias de Sonora y Sinaloa por disposición Real. Antes de establecerse en su nueva responsabilidad contrajo matrimonio con Maria Teresa Vidal de Lorca y Pinzón de 19 años, hija del Coronel Melchor Vidal de Lorca que había sido Gobernador de las Provincias de Nicaragua, Nuevo reino de León y Colonia del Nuevo Santander. García Conde se estableció en Arizpe que funcionó como capital administrativa de Sonora y Sinaloa. Mejoró los equipos de defensa fronteriza, y limitó las libertades de los naturales, hizo constantes llamados para que se le dotara de infantería española para una mejor defensa ante las continuas hostilidades de los naturales. Ante la indiferencia de la Corona a sus peticiones asumió con sus propios recursos y los derivados de su actividad de control económico y político, el mantenimiento del orden colonial en su demarcación, llegando a establecer un pacto con los ópatas, logrando incorporarlos a su ejército como tropas regulares ante cierto descontento de la burocracia militar. En 1802 fue ascendido a Brigadier de Infantería de los Reales Ejércitos. Aspiró a la vacante del gobierno de Guadalajara del reino de la Nueva Galicia y otras plazas pero no fue escuchado. Quiso ocupar el puesto del Brigadier Nemesio Salcedo, Comandante General de las Provincias Internas, insistiendo en esto hasta 1809, pero el giro que tomaron los acontecimientos políticos lo obligaron a postergar sus peticiones. Así en 1810 envió al coronel Pedro de Villaescusa a defender el Mineral de El Rosario, quien al ser derrotado por José María González Hermosillo, solicitó el apoyo de García Conde, el cual inició una larga jornada desde Arizpe hasta San Ignacio, en Sinaloa para derrotar al jalisciense el 8 de febrero de 1811, ahí se capturó documentación valiosa a la causa realista que sirvió para el juicio contra Miguel Hidalgo, en Chihuahua. Combatió la insurrección de Apolonio García derrotándolo en Charay, llevándolo al paredón. Fue ascendido el 3 de diciembre de 1811 a Mariscal de Campo y el 19 de febrero de 1813, se le confirió el nombramiento de Gobernador de Nueva Vizcaya, trasladándose a Chihuahua, donde residió por cinco años. Fue nombrado en 1818 como Comandante General de las Provincias Internas de Nueva España fijando su residencia en Durango. Siguió en su labor de control militar en gran escala en el noroeste y a punto de concederle la jubilación se negó a reconocer al Mariscal Novella como Virrey de la Nueva España, secundando el Plan de Iguala que ordenó proclamar la Independencia en las Provincias de la Nueva España. Por ello en carta al Obispo de Sonora Fray Bernardo del Espíritu Santo le urgió la proclamación de la Independencia, la cual se juró en Culiacán con la presencia del propio Obispo. Continuó en la Comandancia General hasta julio de 1822 en que marchó a la ciudad de México, donde fue ascendido a Teniente General y se le reconoció el grado de General de División, distinguiéndolo como Caballero de la Orden de Guadalupe e Inspector General de la Caballería Mexicana. Falleció a los 75 años el 26 de julio de 1826. Es un caso paradigmático de un español de poder, convertido a la causa del criollismo mexicano al final de su existencia. López Alanís, Gilberto J., Diccionario de la Independencia en las Provincias de Sonora y Sinaloa 1800-1831, AHGS, 2010.