ALVARADO (Gral. Salvador).

ALVARADO (Gral. Salvador). Nació en la ciudad de Culiacán; capital del Estado, el 20 de julio de 1880. Joven aún se trasladó al Puerto de Guaymas donde trabajó de farmacéutico con el señor Luis G. Dávila. Posteriormente comerciante en Potan y Cananea y después miembro del partido antireeleccionista en 1910. En 1911 militó a las órdenes del Gral. Juan C. Cabral combatiendo al porfirismo. Al triunfo de la Revolución se le dió el grado de Mayor . Más tarde fue Jefe del Cuerpo Auxiliar Federal. En 1913 combatió a Orozco cuando el cuartelazo. Desconoció a Victoriano Huerta y defendió el constitucionalismo. En Sonora fue ascendido a Coronel y cuando tomó el puerto de Guaymas el 17 de julio de 1914 se le ascendió a General. En agosto de 1914 Maytorena se adhirió al villismo desconociendo a D. Venustiano Carranza. Como Alvarado no estuvo de acuerdo con esta defección, fue preso en la cárcel de Hermosillo hasta ser libertado en octubre del año siguiente por acuerdo de la Convención de Aguscalientes. Una vez libre, se concentró a México para incorporarse a las fuerzas de D. Venustiano y seguir combatiendo a los convencionistas. Posteriormente fue comisionado para sofocar la rebelión que había estallado en Yucatán encabezada por Abel Ortiz Argumedo, fomentada por el Gral. Toribio V. de los Santos, Gobernador Pre-Constitucional de la Península, en febrero de 1915. En esas condiciones, Alvarado combatió a los rebeldes con todo éxito en Blanca Flor, Pochos y Halacho para entrar triunfante a Mérida el 19 de marzo de 1919. Una vez en el poder como Gobernador y Comandante de Yucatán, su primer acto fue: “poner en libertad a más de 500 prisioneros de guerra, en su gran mayoría, jornaleros del campo, obreros y gente humilde; ordenó que públicamente se le dieran provisiones, dinero y salvoconductos y pases de ferrocarril para que volvieran a sus hogares”. “Encontré a Yucatán en plena servidumbre”, dice él; “miles de desgraciados por culpa de instituciones tradicionales y de vicios sociales tan fuertemente enraizados que parecían indestructibles, languidecían de generación en generación con la vida vendida a los amos, con el musculo relajado en enriquecer a la casta de los señores; con el alma y la conciencia sujetas al hierro invisible de una amarga esclavitud, en la cual había aprendido de padres a hijos, que no podían tener otro sueño de alegría que el alcohol, ni otra esperanza que la muerte”. “Encontré, continúa diciendo el Gral. Alvarado, en mi actuación revolucionaria en Yucatán que la riqueza de aquel pueblo bueno y fuerte, hecho para mejores destinos. no tenía otro fundamento ni otro origen que el trabajo del indio. Sobre su miseria y sobre su ignorancia, que le convertía en máquina de labor, se habían levantado fabulosos capitales y se habían labrado fortunas de príncipes”. El historiador sinaloense Lic. Héctor R. Olea, de cuyo artículo espigamos esta biografía, resume el trabajo de este gran sinaloense, en su actuación como gobernante de Yucatán, en los siguientes puntos: Libera al indio y al mestizo; dignifica a la mujer; funda escuelas en el campo; fomenta las asociaciones obreras; organiza sociedades cooperativas; funda bibliotecas populares y centros de enseñanza laica para desfanatizar a las masas; moralizó a la administración pública, expulsando a los traficantes con la justicia; destruyó los trusts extranjeros regenteados por el español Avelino Montes y Olegario Molina; salvó la producción henequenera de la explotación; buscó los mejores mercados para el comercio; implantó la jornada de ocho horas, estableció indemnizaciones por accidentes y pago de mejores salarios; organizó los ferrocarriles del Estado; Organizó la compañía de Fomento del Sureste de México, S. A. para desarrollar las comunicaciones, marítimas y terrestres y con el fin de explotar las riquezas naturales; construyó la terminal del petróleos en Progreso. Para fundar las bases de sus realizaciones, afirma: “Tengo la conciencia de haber interpretado fielmente las doctrinas que nos llevaron a la lucha, y de haber puesto de mi parte cuanto me era humanamente posible poner para que esas doctrinas se transformaran en tangibles realidades”. En 1920 se le asciende a General de División y se adhiere al Plan de Agua Prieta. Fue Secretario de Hacienda y Crédito Público de 3 de junio al 30 de Noviembre del mismo año. En 1923 se rebeló en contra de Obregón para estar en favor de D. Adolfo de la Huerta, quien lo designó Jefe Militar del Sureste. Pero fue asesinado por el Teniente Coronel Diego Zubiaur, cumpliendo órdenes del Coronel Federico Aparicio, en el rancho del Hormiguero, en el camino de Palenque a Tenosique, el 9 de Junio de 1924. Autor de la Reconstrucción de México (dos tomos), Salvador Alvarado fue un radical sincero, de ideas sociales y de espíritu rebelde”, un hombre que en nuestro concepto hizo realidad los postulados de la Revolución Mexicana en aquel apartado rincón patrio, con una visión certera. La historia hará cumplida justicia a este gran político sinaloense.

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