AMETHIST.

AMETHIST. Fragata Inglesa al mando de Sidney Grenfell que viajó en las costas sinaloenses entrometiéndose en la política nacional. (11 de octubre de 1859). En aguas de San Blas, Nay., el comandante dirigió comunicación insolente al General Coronado en Tepic por el hecho de que éste había exigido a D. Francisco Allsopp (que se decía Cónsul Inglés por que tenía exequatur del Gobierno rebelde de México), el pago de dos mil pesos por contribución y 11 500 pesos por derechos que debió causar la conducta embarcada ilegalmente en Santa Cruz por él y por otros comerciantes, bajo el amparo de la fragata “Callypso”. La insolencia abusiva del Comandante Inglés, pretendía que el Gobierno del Estado diese decreto destituyendo al Gral. Coronado; que se hiciese una representación a los Generales Degollado y Ogazón para que éstos también lo destituyesen por su parte, en el Estado de Jalisco; que pague 13 500 pesos por igual suma que desembolsó Allsopp conviniendo además en pagar lo que el Gobierno de S.M.B. creyese justo como indemnización por los ultrajes y pérdida sufridas por el llamado Cónsul Británico, y que dirigiese una representación ante el Gobierno Constitucional de Jalisco en la que solicite que el Cónsul referido sea repuesto en Tepic y recibido por las autoridades de dicho punto con un saludo y honores militares, como expiación por los ultrajes que había recibido. El Comandante, ya frente a Mazatlán, apresaba las embarcaciones que se acercaban a dicho puerto y las de San Blas, arreaba el pabellón mexicano, arrojaba la carga de algunos a las islas del Venado y las armaba en guerra. Todas estas arbitrariedades cometidas por el Comandante del Amethyst provenían porque era el instrumento de una casa fuerte de Tepic representada por Mr. Allsopp. En Febrero de 1860 otra nueva reclamación presentó el Comandante de la Fragata por los procedimientos del Juez de Distrito D. Pablo Rivera, del 9 de agosto último contra el Vice-Cónsul Inglés D. Juan Kelly, con motivo de un contrabando; pide que se publique en el periódico oficial una satisfacción completa por los ultrajes que recibió el consulado, que se indemnice al señor Kelly y se haga un saludo de 21 cañonazos al pabellón inglés. El Gobierno de Sinaloa contesta que por los informes que ha obtenido constata que efectivamente se ha cometido un ultraje al pabellón británico, porque bien pudo el señor Juez practicar el embargo sin fracturar las puertas del Viceconsulado, puesto que había otra que conducía al almacén; reprueba la conducta del señor Rivera y aplaza la indemnización para cuando el Tribunal de Justicia dé su fallo sobre el asunto anterior y ofrece que el pabellón inglés enarbolado en la casa consular será saludado con 21 cañonazos, publicando en el periódico oficial dichas comunicaciones, para completar la satisfacción y la infamia de sus condescendencias. Por lo visto en esta época menudeaban las reclamaciones por los buques de guerra extranjeros, debido a que los comerciantes del Puerto no simpatizaban con el Gobierno liberal. El arreglo definitivo de este incidente tuvo lugar el 10 de noviembre del mismo año. El Gobierno de Sinaloa se limita a reprobar la conducta observada por el Gral. Coronado al exigir a Mr. M. M. Allsopp la suma de los 13 500 pesos; reconociendo que el cobro de ella no fue hecho con el orden debido por una autoridad competente y que en consecuencia debe de ser devuelta dejando a salvo todos los derechos que el Gobierno Mexicano haga a cualquier clase de cobro y refiriéndose al Gobierno Federal para que arregle de acuerdo con su Majestad Británica, las muchas reclamaciones que ambos tengan que hacerse y los ultrajes de que se queja Mr. Allsopp. El Comandante exigía contrato que había estipulado verbalmente con el Gobernador, que se iría a Mazatlán a entablar su reclamación y dejaría libre a la “Reforma” con la súplica para que el mexicano no hostilizara al puerto de San Blas hasta que al día siguiente se ausentase “Seriense”, lo que verificó tomando posesión del puerto referido.

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