Nací en Cd.de México el 19 de Octubre de 1965, y me llevaron a vivir, sin preguntarme, a Culiacán antes de cumplir tres meses, por lo que me considero parte de esa ciudad del noroeste mexicano, pero mucho más civilizado que la mayoría, aunque parezca sangrón decirlo. Me pusieron Gerardo por quién sabe que razón, pero mi segundo nombre es Javier, que me gusta tanto que si alguien me lo dice, de inmediato me acuerdo, cariñosamente, de su mamá.
Cursé el Pre-escolar en un kínder privado casi sin pena ni gloria, salvo por pasar un recreo completo tratando de sacar un zapato(con mi pie adentro) de un hoyo donde la mitad del alumnado intentaba jugar canicas, por lo que me acostumbré a escuchar referencias maternas a temprana edad y a formular argumentos para defender mis malos ratos.
Primaria y Secundaria las pasé en un colegio de religiosas, donde fui un estudiante modelo (es en serio), pero un día me di cuenta que llevarse con los menos estudiosos era mucho, pero mucho, más divertido que andar con los nerds.
Por eso, en la Preparatoria me convertí durante más de dos años en una especie de escoria social, pero en el último año recuperé, pues estudié dos tardes para los finales (no era necesario más) y salí bien librado rumbo a la Universidad.
Estudié Administración Pública y nunca la he ejercido, pues entré al periodismo escrito al salir de la escuela y también a la docencia.
Desde 1987 soy colaborador de la sección deportiva de Noroeste, con la columna El Fanático y eventualmente también de la sección cultural, con crónicas de conciertos de rock especialmente.
Hago radio casi de manera ininterrumpida desde 1989, casi siempre en Radio UAS, donde he producido y conducido programas (El Fanático, Visión Deportiva) y eventos deportivos (Maratón de Culiacán, NORCECA de Voleibol 2003, Centrobasquet 2003 y otros), además de programas culturales como El Café, La Feria y En Curso (El Colegio de Sinaloa).
Hice televisión en la primera versión de Megacanal (Megacable Culiacán 1996-2000), donde El Fanático tuvo su versión televisiva durante un tiempo. Tan agradecido estoy de ésto último que prometí volver a hacer televisión sólo si era con gente “tan distinguida y amable” como la que me tocó tratar en esa televisora.
Actualmente estoy haciendo un programa de radio matutino (7-8 de la mañana, de lunes a viernes) de deportes en Culiacán, en la estación W-Radio (1200 de AM), con José Zazueta y Ricardo González, dos excelentes periodistas deportivos de mi ciudad.
He dado clases en la carrera de Comunicación en diversas escuelas locales, por lo que quizá algo he aportado o bien he desgraciado a potenciales buenas generaciones de comunicadores sinaloenses.
Estudié Lengua y Literatura porque me apasionan la literatura, además del cine y la música desde niño, igual que los deportes, grupo de actividades humanas que casi todos en mi familia consideraban (lo siguen pensando algunos) para vagos.
Quizá tengan razón si se juzga considerando a mis amigos cercanos, como Gerardo Ascencio (hombre culto, afamado billarista y sibarita, lo que sea que eso signifique), Carlos Bastidas (empresario, emprendedor y muy frecuente lector y editor de títulos como “Dios mío quítame lo borracho”), Ernesto Diezmartínez (excelente crítico de cine- Cine Vértigo- y reconocido torturador mental de los hijos de la pretenciosa clase media y media-alta de Culiacán), Jorge Aragón (restaurantero, comunicador profesional y temerario cazador de mariposas, de todo tipo), Paco Alcaraz (poeta, con eso te digo todo), Irad Nieto (máster en derecho constitucional, lector empedernido y reconocido catador de cerveza los sábados por la noche) y Francisco Cuamea (subdirector editorial de un importante diario, prófugo del rock sinaloense y conocido como El Templario del Verbo). Tengo, por fortuna, más amigos, pero los omito porque imagino que no les gustaría leer algo suyo en la red.
Además, me casé con Blanca en 1992, licenciada en Diseño de Modas y corredora de maratones (yo aporto el apoyo moral y cuido los líquidos), además de excelente educadora, lo que aún sin hijos ha quedado claro; imagine con quien.
Detesto la ópera, a los narcos (y a sus imitadores en cualquier modalidad), a los incivilizados, a los tercos, a los cortos de visión (no de vista), a los localistas a muerte, a los yuppies y a todo aquel que sea intolerante con la diversidad humana, aunque con tanto detestado yo parezca uno de ellos.
Gerardo Osornio fallece el 23 de febrero de 2022 debido a problemas renales en Culiacán, Sin.


