Nuestro personaje es maestro de profesión. Después de muchos años de no verle, observé que no ha cambiado en su forma de ser; trato respetuoso y correcto al hablar. Estamos en la ciudad de Guasave, en un restaurante, lugar de la entrevista. Lo observo discretamente. Sus manos juegan con los cubiertos puestos a la mesa. Mira el mantel luego como buscando ordenar ideas, observa las lámparas. Viste camisa manga corta a cuadros azules y pantalón oscuro. En su muñeca izquierda llevaba un reloj con cintillo negro. Es un hombre de servicio, esa ha sido una de sus virtudes y lo ha demostrado en los actos de su vida y trayectoria como educador y como hombre de bien. Tiene el respeto de los que fueron sus alumnos y el reconocimiento de padres de familia con los que vivió de cerca los problemas no sólo de sus hijos, sino de las comunidades donde laboró por 36 años y eso lo llena de orgullo.
Su hablar es pausado, claro y modulado. Fuimos compañeros de trabajo en la zona escolar 019, en esta región, eso nos identifica y nos hermana en muchas vivencias. Lo conocí allá por 1982, y en verdad se conserva entusiasmado por la vida.
La charla inició…nací en la comunidad de Casa Blanca, sindicatura de La Brecha, Guasave, el 22 de mayo de 1941. Mis padres fueron Octaviano López y Uvaldina Leal Ahumada. Tengo frescos los consejos y valores recibidos de mis padres y de mis primeros maestros entre ellos, Nicolás Salazar Sánchez (quien nos acompaña en la entrevista).
En ese encuentro López Leal, recordó juegos infantiles ya lejanos, así como la convivencia con sus amigos y sus hermanos Federico, Benjamín, Rosalía, Magdalena, María de los Ángeles y Leticia.
¿Cómo fue su infancia maestro? López Leal respiró profundo y fue al encuentro de aquellos años idos: fue como la de todos los niños pobres de la época. Con grandes dificultades, para una familia numerosa. Había que trabajar para cooperar en el sustento de la casa, pero dentro de esas privaciones viví feliz. Ingresé a la escuela “Viva México” a los doce años y terminé el sexto grado a los dieciocho, en la escuela Guillermo Nelson, en Tamazula.
¿En qué se empleaban los niños de entonces?
Trabajé en el corte de frijol, maíz, tomate y garbanzo y en lo que se pudiera. Sentí en carne propia el rigor y el sufrimiento que enfrentan los jornaleros que laboran de sol a sol. Consideré que sólo estudiando podía aspirar a mejorar mi vida. En 1959,me acerqué al maestro Nicolás Salazar Sánchez, para que me permitiera practicar con alumnos de párvulo.
Comentó el maestro Teódulo que, al enfrentarse por primera vez a un grupo no le pareció un acto temerario. Recordó que en la escuela no tenían bancas, ni libros, solo los conocimientos que él había obtenido en la primaria, mucha imaginación y recomendaciones del maestro Nicolás. Más tarde confirmaría que esa, era su vocación.
¿Qué sucedió después? Al siguiente ciclo escolar me asignó un grupo de tercer año y, a insistencia del maestro Nicolás, de que había que superarme, después de un intento fallido de ingresar al Quinto de Sonora, me inscribí en la escuela secundaria nocturna “Himno Nacional”, en Guasave, alternando estudios con el trabajo en un supermercado. Al poco tiempo la supervisora Rosa María Solorio Gámez, me permitió incorporarme a la escuela “Camila García”, de Guasavito, como maestro particular, con apoyos económicos del ayuntamiento y padres de familia.
El maestro Teódulo, fue hilvanando los recuerdos deteniéndose en aquellos que le causan verdadero placer; ríe, en otras ocasiones sus ojos se empañan al recordar con nostalgia los tiempos y vivencias pasadas; luego retoma la charla citando fechas, personajes y pasajes de su vida como educador.
En Guasavito laboró el ciclo 1961-62. Para 1963, el comisariado ejidal de Guasave, Ángel Sandoval, lo propuso para una plaza de la Comisión del Río Fuerte. En 1964, concluyó estudios de secundaria y se inscribió en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, titulándose, en 1967; un año antes, la plaza de la Comisión del Río Fuerte, pasó a ser de la federación y le fue asignada, cuando ya laboraba en la escuela Carmen Serdán de la ciudad de Guasave, donde permaneció hasta 1966.
El 3 de octubre de ese año recibió nombramiento de maestro federal, asignándolo a la comunidad de El Pitahayal, donde trabajó con ahínco, no obstante tener grupo de más de 70 niños, en primero; lo vio como un reto y salió adelante; allí trabajó hasta 1970.
Ese mismo año fue enviado a la escuela Club de Leones (federal Tipo), de Guasave, como maestro de grupo. Al año siguiente, vio coronado sus esfuerzos al otorgársele doble plaza, siendo el segundo maestro en el municipio, en obtenerla. En 1981, fue nombrado director de la escuela Vicente Guerrero, turno vespertino, del ejido del mismo nombre, haciendo equipo de trabajo con los maestros Gil Fernando López, Mélida, María del Refugio (no recuerda de momento los apellidos) y Mirta González Herrera, llevando a cabo una magnífica labor social, tanto en la escuela como en la comunidad. En octubre1988, la superioridad dispuso su cambio como director, a la escuela Club de Leones, turno matutino, desempeñado la doble plaza por la tarde, en la misma escuela.
Comentó que siempre llevó buena relación con padres de familia, alumnos y maestros. Gracias al esfuerzo conjunto de todos ellos, afirmó-esta escuela siempre obtuvo los primeros lugares en aprovechamiento y en concursos, en la zona escolar.
En 1 de enero de 1996, después de cumplir 37 años al servicio de la educación, nuestro personaje decidió jubilarse, no sin antes recibir múltiples reconocimientos de padres, alumnos, maestros, autoridades educativas y sindicales, así como la medalla al Mérito Educativo Rafael Ramírez.
Es entonces cuando el destacado mentor inició una nueva etapa en su vida, integrándose al sector de los maestros jubilados, desarrollando una amplia labor social en beneficio de sus compañeros, representándolos en FIGLOSNTE, donde fue miembro del Consejo de Vigilancia. En el ámbito educativo el maestro Teódulo, desempeñó las carteras de secretario de Finanzas y de Conflictos, de la Delegación D-I-19, del SNTE.
Para concluir la charla, nuestro personaje recomendó a los maestros en activo, ser solidarios con la problemática de los padres de familia y alumnos. Tiene que haber entrega y responsabilidad, para sentirse verdaderamente maestro. De manera especial deben promover constantemente las buenas lecturas… señaló
Emocionado López Leal en relación a los padres, aconseja…convivan con sus hijos para que, los comprendan sus problemas y los alejen de las garras, las drogas y las malas compañías. Ellos deben entender que sólo poniendo voluntad y empeño en el estudio podrán, como yo lo viví, aspirar a mejores niveles de vida. Cualquier profesión por más modesta que sea, siempre y cuando la desempeñen con dignidad y responsabilidad, es buena. Lo importante es tener un modo honesto de vivir, pero sobre todo, servir a la sociedad.
En su vida de jubilado el profesor Teódulo López Leal, se ha desempeñado como presidente del Consejo Municipal de Participación Social en la Educación, en el Ayuntamiento de Guasave, donde tiene contacto directo con padres, alumnos y maestros, interesándose por los problemas que enfrentan (prevención del delito, adicciones, relaciones familiares, entre otros).
Es digno reconocer en vida la trayectoria del maestro Teódulo López Leal, por sus casi cuatro décadas al servicio de la educación y por su aportación a la forja de tantas generaciones, a las que tuvo oportunidad de conducir por los mejores caminos, inculcando valores esenciales para mejor convivencia social, así como la inquietud de superación personal. (Entrevista realizada en 2006), Los educadores en la transformación social de Sinaloa, Historias de vida, Teodoso Navidad Salazar, 2017