Creador del himno a Sinaloa
Hablar de este ilustre concordense es verdadero compromiso. Un personaje enamorado de su tierra fértil, candente y sonora. Ese cariño al terruño lo describe en cada uno de los versos del Himno a Sinaloa, declarado ganador el 16 noviembre de 2011.
Ese amor a la patria chica lo observamos en sus canciones, construidas con métrica precisa, dedicadas con gran sensibilidad a los pueblos del solar nativo, en corridos que destacan, lo mismo sus hombres de valía, a sus mujeres hermosas que a sus ríos y a sus costas.
Observamos en la charla un lenguaje corporal. Sus manos, sus ojos, son toda expresión; con voz entusiasmada cuenta la vida cotidiana de su tierra y el quehacer de sus paisanos. Emocionado confiesa que pertenece a la generación que luchó de manera frontal cuando se coartaban libertades, que a pesar de estar garantizadas en la Constitución de la República, se conquistaban a base de enfrentamientos y protestas con el sistema político de la época.
Semblanza.
López Osuna, nació en Agua Caliente de Gárate (antes fue de Pardo), el 15 de febrero de 1943. Fueron sus padres los señores Eugenio López Peraza y Tomasa Osuna Angulo, a quienes debe Faustino su inspiración, especialmente a su señora madre. Sus hermanos son Florencio (fallecido), Uvaldina, Lucrecia, Celia y Juanita.
En 1955, en su pueblo natal concluyó estudios primarios, los de secundaria los realizó en la Escuela de Enseñanzas Especiales N° 23 (La Prevocacional), en Culiacán. Impulsado por el deseo de superación y con apoyo de sus progenitores dejó la patria chica y partió a la ciudad de México, con la nostalgia por los amigos y algún amor furtivo propio de la adolescencia.
En la capital estudió bachillerato en la Escuela Vocacional de la Ciudadela; tiempo después se tituló como economista en la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional. Posteriormente y gracias a una beca otorgada por la federación Mundial de la Juventud Democrática, realizó posgrado en Historia Moderna y Contemporánea, en Sofía, Bulgaria.
Para entonces Faustino López Osuna era un joven inquieto, arriesgado y batallador. Tenía deseos de formarse y valerse por sí, y servir a su patria. Por ello a la vez que estudiaba en el Instituto Politécnico Nacional, se desempeñaba como Oficial Administrativo en el Centro de Salud, dependiente de la Dirección de Salubridad, del entonces Departamento del Distrito Federal (DDF).
Tiempo después fue llamado a trabajar como Jefe de la Oficina de Servicios Cívico-culturales, en la dirección de Acción Social del DDF. Después se empleó como promotor de social en el Programa de Zonas Urbanas Populares, del Instituto Nacional para el Desarrollo de la Comunidad Rural de la Vivienda Popular (Indeco). Otras múltiples actividades suceden a otras: Jefe de la Oficina de Acción Social de la Delegación de Infonavit, en los estados de Puebla, Morelos; Delegado de Infonavit, en los estados de Sinaloa, Durango y Baja California Sur.
Tiempo después se incorporó al gobierno de Sinaloa, como Director de Desarrollo Rural (Dicres); después fue Delegado Estatal de Instituto Nacional de Protección al Consumidor, en Baja California; secretario particular del Subsecretario de Pesca (Alfonso G. Calderón); Dirigió el Festival Cultural de Sinaloa (1993). Un año después recibió nombramiento como Director del Centro de Estudios Tecnológicos Industriales y de Servicios N° 127, donde permaneció hasta 1999.
Hombre de sólidos principios ha ejerció el servicio público con honestidad. Al respecto comentó: Jamás se me han quedado entre los dedos o mis bolsillos dinero que no haya sido devengado, con mi esfuerzo. Prueba de ello es su forma de vivir: modesto, sencillo, sobrio, discreto.
Activismo
Cabe destacar que en sus años juveniles, Faustino encabezó movimientos y luchas estudiantiles. Solidario, apoyó a sus paisanos que deseaban inscribirse en alguna facultad, ya fuera en la UNAM o en el IPN. Las responsabilidades ocupadas le permitieron servir a sus compañeros. Gestionar apoyos y becas para aquellos de escasos recursos.
En ese ejercicio Faustino López Osuna conoció la cárcel cuando abrazó con emoción las luchas previas a 1968, que conmocionaron al mundo, por la forma trágica en la que perdieron la vida cientos de estudiantes y gente del pueblo que apoyó las manifestaciones contra el régimen de gobierno.
¿Cuál es el balance de su actuación en la lucha estudiantil?
Es positivo. Puedo decir que mi participación valió la pena. Buscábamos espacios para la libre expresión de las ideas. Luchábamos contra la represión del Estado. Participé directamente en los prolegómenos de ese movimiento y fui amigo de muchos líderes que estuvieron muy cerca, en el momento preciso, como mi hermano Florencio; en el momento histórico.
Conocí la cárcel y sus consecuencias; la vida cruel que se vive al interior.
¿Cómo vieron sus padres el antes, durante y después de la tragedia de 1968?
Bueno mi madre vivió aterrada. Ella había vivido, primero la guerra cristera, luego la actuación de Rodolfo Valdés (El Gitano), con “Los del monte” y su estela de muerte. Ella decía “siempre que hay injusticia, corre la sangre, y no quiero que sea la de mis hijos”. Mi madre era amante de la vida no de la muerte. Todo este miedo venía por la crítica al gobierno sobre lo que sucedía en México y que, compartíamos con nuestros padres a quienes manteníamos informados del acontecer en la capital.
A la distancia de aquellos acontecimientos ¿Qué piensa de Gustavo Díaz Ordaz?
Hasta 1968, creo que había sido uno de los mejores gobiernos emanados de la revolución Mexicana, la verdad sea dicha. Se tenía un control sobre la inflación, crecíamos al 7%. Fue una lástima que esto sucediera. Creo que el movimiento de 1968 fue algo contra México; contra las instituciones y sus estudiantes, porque no sólo repercutió en muchos participantes con cárcel, desapariciones, muertes o el olvido; también el propio presidente llevó su parte. Su esposa enloqueció, al ver la magnitud de los acontecimientos, un hijo suyo cayó en las garras de las drogas y su final fue trágico. Recuerdo un comentario de mi padre en uno de sus viajes a la capital para visitar en Lecumberri, a mi hermano Florencio, cuando la prensa le pidió su opinión sobre el presidente Díaz Ordaz; con tranquilidad y una parsimonia bellísima dijo mí padre: Pobre Hombre!
La entrevista se desarrolló en un restaurante de un hotel en la ciudad de Culiacán. Faustino habló con emoción sobre aquellos hechos que parecieran distantes. Se acomoda en su asiento. Bebe un poco de agua y su vista se pierde en un punto lejano a través de los gruesos cristales del ventanal.
Observa el ir y venir de los autos por el boulevard Gabriel Leyva Solano, que a esa hora de la mañana se torna difícil. Luego parece regresar de un viaje o un reencuentro con los recuerdos. Respira profundo como evocando los acontecimientos de manera ordenada. Guarda silencio unos minutos. Luego los recuerdos acuden como un caudal reprimido. Tal vez no ha superado la ausencia de su hermano Florencio, asesinado reciente mente en la ciudad de México, en circunstancias no muy claras, poco tiempo después de que la revista Proceso publicara una foto en portada y un reportaje sobre su participación en el movimiento del 68. Dicha fotografía fue tomada durante el desarrollo de la tragedia. La imagen de Florencio, líder estudiantil de 1968, es impresionante; está medio desnudo, brutalmente golpeado y escoltado por militares.
Los ojos de Faustino López Osuna, se nublan ligeramente…hay un prolongado silencio. No hay duda, es una herida que difícilmente cerrará. Hay tantas cosas que contar; vivencias, etapas, circunstancias que reviven y sangran, solo al mencionarlas. Será en otro momento. Hay que hablar de la música; una de las pasiones del artista.
¿Cuándo descubre su gusto y habilidad por la música?
Creo que me ha acompañado siempre. Mi madre fue una mujer muy afinada. Cantó toda su vida, las melodías del cancionero mexicano. De ella he recibí la musicalidad, y del medio social, la letra de mis canciones. La escuela me enseñó la técnica del verso con la que compongo; la melodía la desarrollo de acuerdo a la métrica. El maestro Juan Macedo López me dio las bases; también Enrique Calleja, un español de los que huyeron del franquismo. Debo decir que primero compongo la melodía. El oído me permite captar cualquier cambio melódico; la melodía me lo va diciendo.
¿Qué siente cuando escucha alguna de sus canciones, interpretada por algún grupo banda o solista?
Soy muy feliz, cuando escucho que alguien las canta. En cierta ocasión caminando por una calle en la ciudad de México y al pasar por una de esas vecindades que abundan, por cierto, vi a una señora barriendo su banqueta a la vez que escuchaba una melodía mía en la radio a buen volumen. Quise gritar, decirle a alguien que esa melodía era de mi autoría, pero al no tener a alguien de confianza cerca de mí, disfruté en silencio ese momento maravilloso.
¿Es primero cantante o compositor?
No podría separar una cosa de la otra. Cuando me inicié en este arte, busqué consejo y tuve la suerte de encontrarme en el Canal Once de televisión, con Enrique Sánchez Alonso, El Negrumo. Me hizo el favor de recibirme en su casa, acción que aprecié siempre y me puso a estudiar. Me comentó la importancia de sentirse seguro cuando me presentara y mostrara mis trabajos. ´Que no te tiemblen las corvas y que no se te valla el tiempo´ – me dijo, en tono muy serio.
Al poco tiempo me llevó a la editora Hispanoamericana, que era quien le producía sus melodías. Les entregué dos canciones. Me aceptaron una. Yo estaba muy emocionado, pero El Negrumo brincaba de gusto; me felicitó, me dijo que había logrado en días, lo que a él, le había costado años de preparación. Todo eso me alentó mucho. Siempre agradecí aquel gesto de solidaridad.
¿Cuántas melodías ha compuesto?
Creo que unas cien.
Compositor, elegante y versátil.
Nuestro artista lo mismo compone una mazurca, un chotis, danza, danzonete, un bolero, vals o una ranchera. Su música se escucha a todo lo largo y ancho de la geografía nacional y más allá del Río Bravo, grabadas por artistas latinos que son del gusto de los hispanos que radican en la Unión Americana. Tan solo en México le han grabado Julio Preciado, Alberto Vázquez, Ángeles Ochoa, Luis Pérez Meza, Los Intocables del Norte, Los Cachorros de Juan Villarreal, Dinastía Intocable, Los Cuatro del Norte, Los Dukers, Joel Elizalde, El Korita González, El As de la Sierra, María Sebastián, el cuarteto Voces y Guitaras de Mazatlán.
Entre las banda que le han grabado sus canciones destacan El Recodo, La Arrolladora Banda Limón, La Costeña, de Ramón López Alvarado, Los Tierra Blanca, La Santa Rosa, Los Nuevo Santa Rosa, La banda Zarape, el Combo de los hermanos Sánchez, la orquesta de Nacho Millán, por mencionar algunas.
López Osuna, grabó un disco de larga duración a dúo, con El Trovador del Campo Luis Pérez Meza, como un homenaje a la trayectoria de este artista y con quien cultivó una sólida amistad, que perduró hasta la muerte del cantante.
Entre otros discos de larga duración destaca otro grabado con el acompañamiento del mariachi Rodríguez de Híjar. Sus melodías son famosas, entre ellas destacan También las lluvias se van, El cosalteco, Qué caso tiene, A medias ni la confianza, Lo más hermoso de la vida, Me sigues queriendo, El amor no se obliga, El himno a la vida, Himno a Sinaloa, por mencionar algunas..
Es importante señalar que Faustino López Osuna, es miembro de la Sociedad de Autores y Compositores de Música, desde 1961. Destacar que durante el periodo 1991-1992, se desempeñó como presidente de la Asociación de Autores y compositores de Mazatlán. Sus trabajos literarios y de opinión han sido publicados en la revista Economía Política del Instituto Politécnico Nacional, así como en los libros que conforman la Colección 18 Encuentros con la Historia de Sinaloa.
Fue homenajeado por el H. Ayuntamiento de Concordia, al imponerle su nombre a la 22ª semana Cultural, del 13 al 17 de 2003. Es articulista permanente del semanario cultural La Voz del Norte. Comparte su tiempo entre Mazatlán y Agua Caliente su tierra natal. Es un incansable promotor cultural de tiempo completo ahora que se ha jubilado del servicio educativo en el Centro de Estudios Tecnológicos Industriales y de Servicios 127 y se da tiempo para impartir conferencias y presentaciones musicales.
(Entrevista 13 de junio de 2003), Los educadores en la transformación social de Sinaloa, Historias de vida, Teodoso Navidad Salazar, 2017.