Fue una fiesta tradicional que empezaba el día 15 de septiembre, donde participaban los naturales varones armados con machetes y cañones de madera, flechas morrales con piedras y hondas al mando de uno que significaba a Miguel Hidalgo con el estandarte en la mano para dirigirse a la cárcel a libertar a los prisioneros que poco antes habían sido aprehendidos para el simulacro. Esto sucedía a media noche.
Una vez fuera de la prisión se congregaban en el atrio de la iglesia, donde el hombre que representaba a Miguel Hidalgo daba el Grito de Independencia.
El día 16 por la tarde, había un desfile con una carro alegórico adornado con cañas de maíz, donde se instalaba la reina y recorría las calles de la ciudad. López Alanís, Gilberto J., Diccionario de la Independencia en las Provincias de Sonora y Sinaloa 1800-1831, AHGS, 2010.