Licenciado en Derecho.
Nació en Tenchoquelite, municipio de San Ignacio, el 3 de abril de 1931. Hijo de Miguel García Núñez, y Joaquina Salcido Estenzor. Su padre a los 16 años combatió contra las fuerzas norteamericanas; después trabajó en la construcción de las vías del ferrocarril, en el tramo Nayarit-Guadalajara”. Posteriormente se empleó como obrero en las comunidades de San Diego y Eldorado en esa factoría azucarera, Marco Cesar recuerda las noches en que junto con sus hermanos Miguel, Petronio y Sergio Rafael, le llevaban cena a la fábrica. En Eldorado terminó la primaria. Sus maestros fueron Soledad Ponce de León, Daniel Carrillo, Jorge Michel, Natalio Landeros, Ángel Gómez González y Ángel González Zapata. Estudió la secundaria en Tepic, Nayarit, luego ingresó a la escuela preparatoria que dirigía el ameritado maestro José Vasconcelos, en la Ciudad de México, y concluyó sus estudios medio superior en la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México. Más tarde, en Culiacán, se inscribió en la Universidad de Sinaloa para estudiar Derecho. Recibió la influencia de grandes maestros: Miguel Bueina Tenorio, Clemente Vizcarra, Raúl Valenzuela Lugo, Rodolfo Monjaraz Buelna, Juan M. Zambada, José Antonio Sánchez Rojo, Juan Duarte y Francisco Gil Ontiveros. Durante esa etapa lee a José Vasconcelos, José ingenieros y a los columnistas de la revista Siempre.
Falleció el 25 de enero del 2023.
Palacio de Gobierno municipal, en San Ignacio, Sinaloa
En el tercer año de Derecho lleva algunos negocios y eso le cambia la vida. Apoya el gasto familiar. Ya titulado, imparte clases en la Escuela de Contabilidad y Administración y de Derecho. En 1997 1958 recibe su título. La manera de tratar a los alumnos le ganó simpatías: “Casi siempre inculqué valores y sólidos principios. Los conminé a enfrentarse a los maestros léperos, a los centaveros que pasaban a los malos alumnos”. Fue un maestro enérgico, “por eso los tuve de mi lado”; les decía que el estudio se hizo para los valerosos, y les leía temas de grandes hombres” Marco César se inspira en la gran obra social del Gral. Lázaro Cárdenas; lee con avidez a Víctor Hugo, Emilio Zolá, a escritores y poetas latinoamericanos. Obtuvo el Fiat de notario público; antes se desempeñó como defensor de oficio y catedrático de la Universidad de Sinaloa, de la cual más tarde sería rector, en una de las etapas más tormentosas que la Universidad haya vivido, debido a la violencia desatada por la ambición de los grupos que se disputaban el poder político y económico. Se desempeñó como juez penal y juez civil y conservó sus cátedras. Luego asume la Secretaría General de la Universidad, con Humberto Acedo Cárdenas, y repite con Rodolfo Monjaraz Buelna. De su llegada a rectoría dice: “Fue la muchachada y algunos maestros que decidieron impulsar mi candidatura. Fui electo para el periodo 1972-1976, únicamente cubrí un año (72- 73), renuncié a la muerte de Humberto Guevara Reynaga”. Dirigió a la UAS en una de las etapas más difíciles de su vida interna. Siendo catedrático escribía para revistas y periódicos sobre la conveniencia de que este centro educativo lograra su autonomía; ya como secretario de la Universidad se distinguió por ser uno de los más fuertes impulsores. Defendió el proyecto para la creación de la Escuela de Medicina y la de Filosofía y Letras, ante las fuerzas que se oponían a ello. Dichos proyectos fueron parte de su plan de trabajo siendo Rector. Yo redacté el acuerdo para la creación de la Escuela de Medicina, que surgió con Arturo Campos Román”, señala.”La UAS era un caos. No habla dinero. Entonces se dio la oportunidad de entrevistarme con el presidente Luis Echeverría Álvarez. Me hice acompañar del Ing. Sergio Moya, todo lo que le pedimos nos dio. Hasta un barco para la Escuela de Oceanología, barco que no llegó por los acontecimientos que se dieron después de tanta violencia, pero llegaron camiones, mejor presupuesto y otros apoyos”. Recuerda que cierto día en sesión de consejo les dijo a los alumnos presentes: “jóvenes si esto sigue así, se van a matar entre sí”. Estaban ahí, representados, quienes se hacían llamar los enfermos, pescados chemones y otros, si matan a alguien yo renuncio, y renuncié, nadie me expulsó. El Consejo Universitario no aceptó mi renuncia. Entonces me quedé, pero al ver que las cosas no mejoraban y que era imposible avanzar, me fui definitivamente”. Marco César fue un jugador de básquetbol exitoso. Llegó a ser seleccionado nacional en liga mayor. Después jugó fútbol americano, participó en el Pentatlón Deportivo Militar Universitario, en la Ciudad de México. Incursionó en el magisterio, el periodismo, la política. Jamás ambicionó puestos públicos para enriquecerse. No obstante haber sido rector de la UAS, abogado, notario público, regidor del Ayuntamiento de Culiacán, es un hombre pobre económicamente, pero de gran espíritu de servicio. No ha claudicado jamás en sus ideales de justicia y honestidad. Fuente: Teodoso Navidad Salazar. Semblanza: Marco Cesar García Salcido. El Abogado de la Gente. Suplemento El Debate de Culiacán, 8 de octubre de 2006