(Breve semblanza)
Esta maravillosa mujer nació el 22 de abril de 1914, en Tepic, Nayarit; fueron sus padres los señores Miguel Montoya y María Rodríguez. Un año antes de su nacimiento, habían sido asesinados el presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez, inmediatamente después, el territorio nacional se convulsionó por la revolución constitucionalista; muy pronto se desencadenarían acontecimientos terribles. El año siguiente (1915), fue catalogado como el año del hambre. Vino el caos político y social, donde las tropas de ambos bandos hacían rapiña, en el campo, ciudades y caminos; eran los tiempos en que los forajidos robaban y asesinaban con toda impunidad ante el desorden social.
En ese contexto hace su arribo a este mundo María de los Ángeles Montoya Rodríguez; para 1921, inició sus estudios primarios en su tierra natal, en la escuela Josefa Ortiz de Domínguez y los culminó en Culiacán, Sinaloa, donde también realizó estudios de secundaria en el Colegio Rosales. Siendo una hermosa jovencita se pronunció por la carrera magisterial y la labor social.
Sin pérdida de tiempo se inscribió en la escuela Normal Anexa al Colegio, titulándose con la tesis Por qué juega el niño. Ese sería el principio de una brillante trayectoria, destacándose no sólo en el campo de la educación sino también en el servicio a la comunidad guasavense que tanto la quiso y a la que ella correspondió sin regateos; allí donde procreó una familia de ocho hijos al casarse con el Lic. José de Jesús Montiel Castro.
Fue fundadora de escuelas, entre ellas el jardín de niños Rodolfo T. Loaiza; impulsó la creación de la Secundaria Federal Insurgentes (ESFI), primera en el municipio de este tipo. En gira por Sinaloa y en particular por la ciudad de Guasave, el presidente de la república Adolfo Ruiz Cortines, le entregó las llaves de la escuela primaria Jaime Nunó, centro educativo que tuvo el honor de dirigir por más de 30 años.
Al lado de un grupo de guasavenses gestionaron la creación de la escuela preparatoria dependiente de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Su labor social fue muy brillante. Para beneficio de la comunidad estudiantil, logró establecer los primeros desayunos escolares en el municipio.
Su gran sentido humano y su calidad de madre de familia, la llevó a gestionar y poner en operación el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (hoy DIF), en el municipio de Guasave.
Fue una luchadora social de combate. Por su trayectoria a favor de los más necesitados fue electa regidora del H. Ayuntamiento de Guasave, siendo la primera mujer en ocupar esa responsabilidad en el municipio y el estado de Sinaloa; su labor a favor de mujeres y niños le valió para ser nombrada la primera Secretaria de Acción Femenil del Partido Revolucionario Institucional, en Guasave.
En su incursión por la política tuvo la oportunidad histórica de firmar como representante de Sinaloa, el acta que otorgaba a la mujer el derecho universal de votar y ser votada. Por su trayectoria social, sus compañeros la eligieron Secretaria General del Sindicato magisterial de la región de Guasave, logrando beneficiarlos con servicios médicos cuando no existía el ISSSTE.
Su labor educativa, política y social, fue importante por ello recibió múltiples reconocimientos entre los que destaca la imposición de su nombre al parque infantil contiguo al DIF, en Guasave; la placa fue develada en 1979. Recibió la Medalla Rafael Ramírez, por sus méritos educativos, de manos del gobernador Alfonso G. Calderón Velarde, la presea Ignacio Manuel Altamirano, le fue otorgada por el gobierno de la república al cumplir 40 años de trabajo educativo.
El 15 de mayo de 1980 fue develada otra placa con su nombre en el jardín de niños Rodolfo T. Loaiza. En 1984, el gobernador Antonio Toledo Corro, la condecoró con la medalla al mérito social Agustina Ramírez (la primera en recibirla fue Alejandra Retamoza Reynaga, que había sido alcaldesa de Cosalá).
El gran compositor internacional, nativo de Gambino, Guasave, Miguel C. Castro, inspirado en ella le compuso un vals titulado Angelita Montiel.
Justamente un día antes de cumplir 92 años (21 de abril de 2006), la querida maestra María de los Ángeles Montoya de Montiel, cerró sus ojos para siempre, y la tierra que un día la vio llegar, recibió amorosa sus restos mortales, que descansan en el cementerio de la ciudad de Guasave; tierra a la que entregó sin regateos lo mejor de su vida profesional y humana. Los educadores en la transformación social de Sinaloa, Historias de vida, Teodoso Navidad Salazar, 2017.