Fue vecina de la villa de Culiacán, viuda de Francisco Liencles, en 1815, renunció a sus derechos a las tierras de Alimaneto y Capule Viejo, colindantes con la laguna de Mexicato, Tollagueto, Banoragueto, Taquitole, Vitaruto, Calomato Taxas y Limón, a favor de José Maria de la Vega, rico propietario de ganado y caballada, Administrador Interino de Alcabalas, vecino de la villa de San Miguel de Culiacán, el cual denunció ante su majestad el terreno ya citado.