REAL DE MINAS DE EL ROSARIO (Festejos, 1801)

  Rosario

(Sus festejos). En 1801, según el padre José María de la Riva y Rada, el pueblo era dócil y subordinado pero descuidado, algo disipado, muy bailadores y afectos a la música en las calles hasta el amanecer. Los jornaleros integraron la mayor parte de la población y afectos a tales festejos, sus desvelos afectaban la producción en la minería. Si a las fiestas personales se les juntaban las religiosas se iban de largo, incluso ante el azote de alguna epidemia no dejaban de festejar; en cierta ocasión se contaron cinco muertos tendidos y cuatro bailes al unísono. Se acostumbraba poner un altar
con la Santa Cruz en casas particulares y en otra pieza de la misma habitación se hace la fiesta y el baile. En las bodas los excesos alcanzan el escándalo.  López Alanís, Gilberto J., Diccionario de la Independencia en las Provincias de Sonora y Sinaloa 1800-1831, AHGS, 2010.

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