Nació el 24 de junio de 1878 Carrasco, Juan.- General. En el rancho de La Puerta de Canoas”. Sus padres el señor Luciano Carrasco y la señora Santos Aguirre. A los tres o cuatro meses se trasladó la familia al rancho de El Potrero en donde pasó los años de su juventud hasta hacerse hombre. A los 8 años fue enviado a Mazatlán para que estudiara, pero a los tres meses retornó al Potrero en virtud de haber fallecido su padre y no volvió a ingresar a ninguna escuela ni hacer estudios por su cuenta, por lo que no sabía leer ni escribir, dedicándose al trabajo del campo y a la venta de cal, por lo que en 1910 se le conocía con el nombre de “El Calero”. A pesar de ello, se encontraba en buenas condiciones económicas. Tenía 32 años cuando ingresó a la Revolución de 1910 de acuerdo con el Plan de San Luís Potosí, formando parte de las fuerzas del General Justo Tirado, distinguiéndose rápidamente como guerrero operando siempre en el sur del Estado y en las cercanías de Mazatlán, zona que conoció perfectamente, cooperando hasta el triunfo del maderismo para retirarse después a su rancho donde se ocupó de los quehaceres anteriores. Cuando la traición de Huerta, el 22 de febrero de 1913, volvió nuevamente a tomar las armas operando en la misma región en forma activa con el grupo revolucionario más importante. Al principio sus operaciones consistían en cortar las comunicaciones y evitar el tráfico de trenes con tropas federales y atacar las partidas de los pueblos. El 9 de septiembre, con 600 hombres toma la plaza de Quilá que estaba defendida por 50 federales y quema el puente del Sud Pacífico el 11 del mismo mes se suceden los combates de El Habal y Venadillo, donde siempre salió triunfante. El Gobierno Federal destacó en su contra 1500 hombres a las órdenes del General Alberto T. Rasgado y en los meses subsecuentes del año de 1913 se suceden los combates de la Toma de Agua de Siqueros, Conchi, Villa Unión, Quelite, Tierra Blanca y otros más. En el Conchi derrotó a una columna federal compuesta por el 2o. Batallón de Zapadores una fracción del 8o. Batallón, arrebatándole dos piezas de artillería y haciéndoles muchos prisioneros. Del lo. al 4 de octubre del mismo año pretende con otros grupos revolucionarios menos importantes encabezados por Pazuengo, Madrigal, Meztas, Ornelas Buelna, Vidal Soto y otros sitiar la plaza de Mazatlán, lo que no lograron porque las fuerzas del general Arrieta recibían otras comisiones por D. Venustiano Carranza. Al desplazarse el Cuerpo del Ejército del Noroeste en sus operaciones hacia el sur, el Gral. Carrasco se pone al lado del Gral. Ramón F. Iturbe en Culiacán, quien el 4 de mayo, al iniciarse el sitio de Mazatlán, le asigna el frente desde la costa en Punta Camarón, Casa Blanca y Estero del Infiernillo en el sector oeste, distinguiéndose hasta la ocupación del puerto sucedido el 9 de agosto de 1914. Continuó en su Brigada y el Primer Jefe Constitucionalista le confirma el de General de Brigada el lo. de noviembre de 1915, se le da el de Brigada por méritos en campaña. (Sitio de Mazatlán 1913-1914). Teniente Coronel e Ing. Carlos R. Berzunza.) “Se cuenta que el ranchero de “El Potrero”, seguía siendo Juan a secas. No le hablaban de otra manera sus subalternos, oficiales y soldados… Se le quiso y se le aplaudió con devoción. Fue una especie de ídolo del pueblo. Dificultades de carácter personal hicieron distanciarlo del Gral. Ángel Flores y tomar la oposición en contra del Gobierno del Gral. Álvaro Obregón. Al dirigirse a Durango para unir sus fuerzas con las del Gral. Murguía, en el Guamuchilar, límites con Durango y Nayarit, se batió cuerpo a cuerpo con sus perseguidores, donde por desgracia encontró la muerte. Fue sepultado en el humilde panteón de El Potrero, donde se levanta la tumba del hombre que ayudó a la causa de la Revolución Mexicana”. (Frag. “Juan Carrasco” de Francisco Muro Rousset. A Juan Carrasco se le llamó el centauro de la Revolución Constitucionalista en Sinaloa, buen manejador del caballo que montaba, no sabía leer, pero cargaba un sellito para la firma de los documentos. Era alto, bien musculado, bigote negro, tipo mestizo, usaba guarache mexicano de limpia correa y sombrero de soyate de copa alta. Temblaba de ira atacando a los huertistas. El Estado ha honrado su memoria dándole a algunas calles y avenidas su nombre. En Mazatlán se le ha erigido una estatua en el cruce de una calle que lleva su nombre con la calzada Gutiérrez Nájera.