Esta edificación cuenta con un largo historial en la vida social de la ciudad. La construyó el ingeniero Luis F. Molina a petición del general Francisco Cañedo y su esposa doña Francisca Bátiz y Bátiz, quienes la destinaron como su hogar. En dicho domicilio murió el gobernador Cañedo el 5 de junio de 1909. Al triunfo de la Revolución, la ocuparon las fuerzas del Ejercito Constitucionalista al mando de “los coroneles de ensueño”, entre los que se encontraban Aarón Sáenz, Hays y otros.
En esta casona pernoctó el general Venustiano Carranza, a la postre presidente de la República, en su visita a Culiacán como jefe del Ejército Constitucionalista. Fue internado de estudiantes del Colegio Civil Rosales y, después, de la Universidad de Occidente. En 1982 se instaló la Escuela de Mujeres número cuatro. Dice Roberto Hernández Rodríguez (1985) que en esta casa se efectuaron las primeras transmisiones de radio en Culiacán por parte de Enrique Max Gómez Blanco, pionero de la radiodifusión en el estado. Precisamente, en la esquina de Buelna y Noris se encontraba el estudio donde Pedro Infante cantó por primera vez en una transmisión al aire, acompañado de las guitarras y las voces de Enrique Sánchez Alonso el Negrumo, y don Fausto Miller, miembros de la Orquesta Estrella en el año de 1939. Fue también sede del Internado del Estado y de la famosa banda de música denominada Los Azulitos.
Hoy alberga las oficinas del Instituto Sinaloense del Deporte y de un centro de capacitación magisterial.